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Nuestro objetivo es presentar información acerca de los dioses antiguos de la Mesopotamia, conocidos como Anunnakis ("Aquellos Que del Cielo a la Tierra Vinieron").
La información que presentamos se basa exclusivamente en la traducción de catorce tablillas sumerias, realizada por Zecharia Sitchin, y publicada como "El Libro Perdido de Enki".
Para mejor interpretación de la información que aquí presentamos, recomendamos la lectura de dicho libro, el cual pueden encontrar en la sección descargas de esta web.
Las traducciones realizadas por Sitchin revelan la historia de los Anunnakis, dioses de la Mesopotamia, pero desde una perspectiva totalmente diferente y radical. En el Libro Perdido de Enki, los dioses ya no son dioses, sino seres de otro planeta: Nibiru. La atmósfera de Nibiru tiene serios problemas, está dañada. Una disputa por el trono en Nibiru termina con el exilio de Alalú. Alalú escapa hacia la Tierra. En la Tierra, descubre el oro que puede reparar la atmósfera de Nibiru. A partir de entonces, otros anunnakis llegarán a la Tierra, con el objetivo de extraer el oro y enviarlo a Nibiru. Pero el trabajo es arduo y los anunnakis que trabajan en las minas se rebelan. Para resolver el conflicto, Enki, hijo del Rey Anu de Nibiru, propone combinar la esencia de los anunnakis con la de los homínidos que habitan en la Tierra, con el objetivo de crear un nuevo ser, un Trabajador Primitivo, el cual se ocuparía de extraer el oro en lugar de los anunnakis. La idea es finalmente realizada, y la humanidad es creada. A partir de entonces, los anunnakis se presentan como dioses para los humanos, educan a éstos y los organizan. Mientras la especie humana crece y avanza, los intereses de los anunnakis entran en conflicto, y luchan entre ellos mismos por el dominio de la Tierra. Finalmente, luego de largas batallas, abandonan el planeta y regresan a Nibiru.
A pesar de las críticas que ha recibido Sitchin, inevitables para todo aquel que proponga una interpretación diferente de la historia (ya no tan figurativa, sino un tanto más literal), la teoría de que los dioses pudieron haber sido seres de otro planeta no es tan distinta de los cientos de registros de diferentes culturas de todo el mundo en los que se mencionan "dioses que vienen de las estrellas" o semejantes. Si dejamos de pensar por un momento, que los humanos en la antiguedad sólo registraban fantasías religiosas, y consideramos por un segundo, la posibilidad de que estuvieran describiendo algo real, la teoría de los anunnakis sólo reafirmaría lo que ya muchas culturas han registrado, no sólo la sumeria.
Sin embargo, no dejaremos de repetir que se trata de una teoría, y queda a criterio personal el considerar si ésta es factible o no. A su favor, podemos decir que la teoría de los anunnakis no es más increíble que la teoría creacionista, en la que la mitad de la población sigue creyendo, ni contradice a su vez la teoría de evolución. Es más bien, una combinación de ambas. La intervención genética de los anunnakis en los homínidos explicaría el salto evolutivo que la teoría de Darwin no pudo explicar. Porqué una especie cuya evolución hasta entonces, venía desarrollándose lenta y constantemente a lo largo de millones de años, pudo en pocos miles de años desarrollarse en una civilización avanzada, con tecnología y organizada en sociedad.